Me desperté más cansada de lo que
nunca lo había hecho, sentía como si hubiera estado toda la noche trabajando en
una obra, necesitaba una ducha. Una vez delante del espejo, miro mi reflejo,
¡Dios, parece que estoy muerta! Está claro que pasarse toda la noche en vela
llorando no es el mejor tratamiento para un cutis divino. Rehuyendo la mirada
de la chica del espejo me lavo los dientes, me peino y hecho ganas a bajar a
desayunar y encontrarme con mi padre.
- ¿Has dormido bien? Tienes mala
cara ratoncita.
-Si papa solo me quedé leyendo
hasta tarde.
-Bueno, ¿Hoy no empezabas tu
nuevo trabajo?
¡Ah, sí! Nos os lo había contado,
cansada de estar tantas horas sola en casa y teniendo en cuenta que mis notas
son bastantes buenas, tuve la brillante idea de pedirle al señor Rodríguez que
me diera un pequeño empleo en su tienda de ropa. No es gran cosa, solo
trabajaré un par de horas por la tarde, pero así podré ir ahorrando para
abandonar este pueblo y poder hacer mi vida fuera de aquí con mi gran amigo Ángel.
-No, empiezo el lunes. Hoy el
señor Rodríguez se iba a tomar el día libre para ir con sus hijos todo el fin
de semana de pesca.
- ¿Y te quedaras todo el día en casa?-
pregunta insistente, no está acostumbrado a pasar tantas horas conmigo e
incluso a veces se le nota incomodo, eso me duele. Aunque en el fondo sepa que
me quiere, pero su forma de demostrarlo no es la mejor para una niña que ha
crecido sin madre.
-Sí, pero pensaba hacer limpieza
en el trastero, creo que hace mucho que nadie entra allí y seguro que hay cosas
que podemos donar, ya sabes la situación no está muy haya y pronto será invierno, seguro que hay gente que
agradecería un par de mantas viejas.
Y en ese instante pude ver como
la mirada d mi padre cambiaba, y podía ver el orgullo y la alegría que esa idea
le producía, incluso puedo ver un amago de sonrisa.
-Me parece estupendo, si
necesitas ayuda me avisas ¿de acuerdo? Estaré en el estudio.
Y sin decir nada más se encierra
en su cueva, y de ahí no saldrá hasta la hora de comer. Me tomo mi tiempo para
desayunar, hasta que mi padre decida salir del estudio tengo una eternidad para
la misión que me propuse.
Esto va a ser más difícil de lo
que pensaba. El trastero está lleno de cajas a montones y bolsas de basura que
me apresuro a pensar que está llena de ropa antigua, tengo mucho trabajo por
delante y no puedo desperdiciar ni un minuto. ¿Dónde estarán las cajas de los
álbumes?
Un buen rato después, lo que para
mí fue una eternidad, logro encontrar la caja que buscaba. Solo quiero verla,
es una necesidad, sé que eso al menos me dará una idea que me ayude a poder recordar,
será más de lo que tengo ahora por lo menos. Y por lo que sé mis padres viajaron
mucho antes de tenerme así que tienen que tener centenares de fotografías por
algún lado, solo espero que mi padre no las haya roto, ni escondido. Pero dado
que la caja de los álbumes era la última de la última fila me da que pensar que
esconde algo que yo no quería que encontrase.
Pasando páginas y páginas de
fotografías donde solo salgo yo con mi padre o con mi tía, me entra el temor de
que si pueda ser que mi padre se deshiciese de todas las fotografías, pero
justo en ese momento paso a la siguiente página y ahí está ella. Es guapísima,
está junto a mi tía María, ambas sonriendo a la cámara haciendo una mueca, y mi
madre tiene una mano en la barriga. Leo la inscripción “Junio del 94, Excursión
a la Sierra”. No puedo contener las lágrimas, estaba feliz estando embarazada
de mí, ¿Qué pudo torcerse entonces para que esa felicidad se truncara?
En la siguiente página encuentro
una fotografía de mis padres, ambos miran
fijamente a la cámara sonrientes, mi
padre está detrás de mi madre abrazándola, el está mirándola a ella, una mirada
que demuestra todo lo que sentía en aquel momento. La quería tanto que estoy
segura de que todavía lo hace, quizás por eso le duele tanto hablar del ella.
Página tras página hay más fotos de ellos, y en todas aparecen felices.
Cuando cierro el álbum algo sale
disparado hacia fuera y cae a mis pies. Es otra fotografía, mis padres juntos
sentados, mi padre rodea los hombros de mi madre, y ella me tiene a mí en
brazos, ambos miran embelesados al pequeño bebé que esta tranquilamente
dormido. Es la primera fotografía que
veo de mi madre en la que también salga yo, aunque fuera tan pequeña, ¿Dónde
están las demás? Mi madre se fue unos años después de tomar esa fotografía, no
puede ser que solo se hiciera esa conmigo.
Nada, sigo buscando álbum tras
álbum y no aparecen más fotografías de mi madre. Decido dar por terminada la
búsqueda por hoy, recojo todo dejándolo en su lugar para que mi padre no sospeche
nada, y cojo un pequeño montón de ropa que había apartado previamente, no podía
subir a casa con las manos vacías. Antes de salir de allí decido quedarme la fotografía
y la escondo en mi bolsillo. Será mi pequeño secreto, el recuerdo de mi madre.
“Claro q pueds vnr, ya sabs q mi
casa es tu casa.tk”
-Papa, al final si voy a salir un
rato, voy a ir a casa de Ángel, ¿te importa?
-Para nada ratoncita, me alegro
de que salgas a que te dé un poco el aire.
Lo veo que mira la pequeña
montaña de ropa que he conseguido rescatar del trastero.
-No había mucho más, es lo poco
que podido salvar, supongo que algo es algo._ Interrumpo sus pensamientos.
-Mmm... ¿Sabes qué? ¿Por qué no
vas una tarde al pueblo de al lado, y compras un par de mantas de las que
abrigan bien? Me da vergüenza que lleves solo eso.
-Claro papa como quieras, nos
vemos luego.
Camino sin prisa hacia casa de
los abuelos de Ángel, necesito contarle a alguien mi hallazgo, y necesito un
abrazo. Cuando llego Ángel ya está esperándome en el porche, sin decir nada le
entrego la fotografía, la mira y luego me mira a mí y me abre los brazos, no
puedo evitar echarme a llorar mientras él me acuna. Me duele tener que esconder
tanto mis sentimientos con mi padre, pero por otra parte me alegra tener un
amigo tan fiel con quien poder desahogarme.
Después de un largo rato y una
vez más clamada, le cuento todo lo que había hecho esta mañana y como la
encontré.
- ¿Y tu padre no sabe nada?
- ¿Debería?
-Bueno no sé, sé que lo has
intentado muchas veces pero quizás ahora sea diferente.
-No digas tonterías Ángel. ¿Por
qué iba a ser diferente esta vez?
-Pues.... porque tienes esa foto
que en parte demuestra que ambos te querían, y que algo tuvo que pasar para que
tu madre se fuera. Cuando una madre abandona a sus hijos porque se agobia normalmente
suele ser en los primeros años ¿no? Prueba otra vez Mara y si no da resultado
me llamas y voy enseguida.
Una vez en casa mi ánimo decae en
tan solo unos segundos, quiero hacer lo que Ángel me ha dicho, necesito saberlo
pero me da miedo. Cada vez que le he preguntado a mi padre por ella siempre ha
acabado en discusión y como consecuencia de ello hemos estado días sin
hablarnos. Cuando entro para mi sorpresa lo encuentro en la cocina, intentando
preparar la cena.
- ¿Ya estás en casa?-Asiento con
la cabeza.- ¿Qué tal con Antonio?
-Papa se llama Ángel, y bien
quiere que vayamos a una fiesta el viernes que viene.-Miento
- ¿Vais a ir?-no puedo apartar la
mirada de sus manos, está intentando hacer una ensalada y ha cogido el cuchillo
más grande que hay en toda la cocina para cortar unos simples tomates.
-No creo. Deja que te ayude, no
quiero que tengas un accidente cortando verduras.
Me quito la chaqueta y el dejo
sobre la mesa de la cocina, y en ese momento la fotografía cae al suelo. Mi
padre se acacha a recogerla y su cara cambia por completo de color.
- ¿Qué es esto Mara?-Vale, está
enfadado, muy enfadado.
-Una foto, me la encontré esta
mañana limpiando.
-¿Te la encontraste o la
buscaste?
-Tengo derecho a saber cómo era
papa.
-Ella no es nadie en tu vida, te
abandonó.
-Es mi madre
-Tu madre murió en el mismo
momento en el que se fue de casa y te dejo allí.
- ¡No! A lo mejor al que abandonó
fue a ti, y a mí simplemente no me podía llevar con ella.
La mirada de mi padre en ese
momento me hace retroceder, sin decir nada más deja todo lo que estaba
haciendo, deja la fotografía en la encimera y se encierra de nuevo en su
estudio. ¡Mierda! ¿Por qué he dicho eso? Esto es peor que cualquier otra
discusión que hayamos tenido nunca. Se me corta totalmente el apetitito recojo
mis cosas incluyendo la fotografía y me voy a mi cuarto. Y llamo a Ángel para
contarle todo lo que ha pasado.
Cinco minutos después del colgar,
está en la puerta de mi casa con una bolsa en la mano.
-¿Qué haces aquí?
-Pues como eres una mentirosa de
pacotilla y no me he creído nada ese “Tranquilo, estoy bien” me vengo a dormir
a tu casa.
La semana pasó muy lenta. Iba de
casa al colegio, por las tardes al trabajo, y otra vez de vuelta a casa. Mi padre
y yo no hemos hablado en toda la semana, ni si quiera me dejaba el desayuno preparado.
Menos mal que por fin es viernes y podré quedarme en casa todo el fin de
semana. Pero está esa dichosa fiesta a la que Ángel tiene tantísimas ganas de
ir. Me da pena decirle siempre que no, el hace tantas cosas por mí, ¿Por qué yo
no puedo hacer eso por él?
Cuando llego a casa, el coche de
mi padre está aparcado en el garaje, cosa muy extraña ya que él nunca come en
casa. Nada más entrar lo primero que me llega es el olor a pollo asado, y veo
la mesa del comedor puesta.
-Menos mal, ya estás en casa.
Empezaba a preocuparme, ¿siempre llegas tan tarde del colegio?
-Emm... sí. ¿Qué pasa?-
Parece avergonzado, mira para
todos los sitios menos hacia donde estoy yo.
-Mara, quería disculparme y no
sabía cómo hacerlo. Sé que es normal que quieras saber cosas de tu madre y yo
no he sabido llevar ese tema, pero es que no quiero verte mal. Y cada vez que
hablas de ella tu cara cambia, se te ve más triste. Sólo quiero que seas feliz,
tu madre tomó esa decisión hace muchos años y nos tocó adaptarnos.
-Papa, no fue culpa tuya, siento
lo que dije. No lo pensaba realmente.
-No lo sientas Mara, quizás si lo
fue.
- ¿Por qué?
-Tu madre se fue sin decir nada y
llevábamos un tiempo mal, quizás yo fui el culpable de todo...
No pude resistirlo más, corro a
abrazarlo. Yo pensaba que no hablaba de mi madre por que la echaba de menos. Pero,
¿puede ser porque se sienta culpable?
-Papa, yo no la necesito. –Miento-Ella
nos abandonó, y tú me cuidaste. Yo sólo tengo un padre. Pero hay cosas que
necesitaba saberlas, como por ejemplo, como era ella.
-Lo entiendo cariño. –Cambiando totalmente
el gesto de su cara, me mira.-Anda vamos a comer antes de que se enfriará.
Sé que mi padre todos estos años ha
forjado a su alrededor una coraza para no mostrar sus verdaderos sentimientos,
cuando hablamos de mi madre puedo ver en sus ojos como esa coraza se debilita.
Comemos juntos en la mesa del comedor, hacia tantos
años que esto no sucedía que no puedo evitar estar sonriendo durante toda la
comida. Una vez acabada, y la mesa recogida mi padre se encierra en su estudio
y yo me voy a mi cuarto. Cuando miro el móvil tengo varias llamadas perdidas de
Ángel. Sé lo que quiere, y después de un largo rato pensándolo me meto en la
ducha.
- ¡WHAO! ¿Qué haces así vestida?
No puedo evitar sonreír. Voy con
un vestido azul marino de vuelo pero ajustado en el pecho, el pelo rizado y
tacones a juego, la cara de mi amigo lo dice todo. Sé que a Ángel le hace mucha
ilusión ir a esa fiesta y después de todo lo que ha hecho por mí esta última semana,
he decidido que se merecía que me tragase mi cabezonería y asistir a esa fiesta
por él.
- ¿A qué esperas para mover el
culo y arreglarte? ¿Desde cuándo se le hace esperar a una damisela?
Cuando llegamos a la fiesta, la
gente está concentrada en el jardín. Antes de entrar Ángel me mira y se asegura
de que quiero hacerlo. Así que sin pensármelo dos veces cruzo delante de él
hasta la puerta del jardín. Nada más entrar Clara nos recibe con una sonrisa
tan falsa como las de las barbies, y nos aventura a que nos sintamos como en nuestra
propia casa y nos divirtamos.
El jardín es enorme, en el centro
hay una gran piscina iluminada y recubierta de globos de colores. A cada
lateral de esta hay dos mesas con distintos tipos de aperitivos, y al fondo la
mesa del DJ, y las bebidas.
Para mi gusto hay demasiada
gente. Esta todo mi curso, pero también sé que hay gente que no son de este
pueblo, y por supuesto gente mucho más mayor que nosotros.
Cuando ha pasado aproximadamente
dos horas desde que llegamos, mi amigo ya ha desaparecido, y yo estoy sentada
en una de las hamacas que hay cerca del borde de la piscina. Viendo como la
gente se divierte, hablan y bailan. No consigo integrarme, no son el tipo de
gente con la que me guste estar, ni si quiera sabría de qué hablar con ellos.
Sin darme cuanta un muchacho se
sienta a mi vera, lo miro y lo único que hace es sonreír como un tonto. No
puedo evitar pensar que es el típico amigo de Clara que ha bebido demasiado y
no se puede tener en pie, y sin pensárselo dos veces se ha sentado donde ha
podido dando la casualidad de que ese sitio era al lado mía.
Un largo rato después veo por el
rabillo del ojo que no deja el móvil tranquilo, parece enfadado, como si
discutiera con alguien. Su móvil empieza a sonar y cuelga, y vuelve a sonar y
el vuelve a colgar. Sin pensármelo dos veces le digo:
-Para estar toda la noche
colgándole al pesado o pesada que te esté llamando mejor apaga el teléfono.
En ese momento me quedo
mirándole, es la primera vez desde que se sentó que me fijo en él. ¡Dios! Es
guapísimo. Es moreno de piel, con los ojos y el pelo claro. En fin, guapísimo.
Avergonzada después de mi espontanea intervención, no puedo evitar sonrojarme y
agachar la cabeza, repitiéndome una y otra vez lo estúpida que había sido por
hacer eso. Veo por el rabillo del ojo que me hace caso y apaga el teléfono. Y
se acerca más a mí.
-Hola, me llamo David.
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! Que guapo
es, y lo tengo muy cerquita. Él sonríe
- ¿Tienes nombre?- insiste
-Sí, claro que sí. Me llamo Mara.
- vuelve a sonreír, y esta vez yo me contagio.
-Por fin. Desde que me he sentado
aquí no te había visto sonreír- acercándose más me susurra.- Y deberías hacerlo
más, tienes una sonrisa preciosa.
-Gracias
-Gracias a ti por tu maravilloso
consejo. - me enseña su teléfono perfectamente apagado, quien lo estuviera
llamando estará muy cabreado.
- ¿Tus padres?- ríe
-No
Ante su respuesta tan tajante,
dejo de preguntar y vuelvo a mirar al frente, dado por terminada nuestra
conversación. Pasado un buen rato, lo pillo mirándome sonriendo.
-¿Qué ocurre?
- ¿No eres mucho de ir a fiestas
no?
-No, no me van mucho y menos la
gente que asiste a ellas. -Veo que hace una mueca melodramática fingiendo
sentirse ofendido, que me hace reír. -Tampoco tú pareces muy divertido.
-La verdad estoy aquí por culpa
de un amigo, él me ha arrastrado. Yo hubiera preferido quedarme en casa
tranquilo.
-Ya somos dos.
- ¿Por qué no vamos dentro? Aquí
fuera hay demasiada gente y me está empezando a doler la cabeza.
Se levanta y me tiende la mano.
No sé qué hacer, es un chico que acabo de conocer. Nunca he estado con otro
chico tan cerca a parte de Ángel. Él ve mi indecisión en los ojos y me anima.
Cuando de repente siento como la hamaca se levanta en el aire. Unos
graciosillos de turno se han propuesto hacer la gracia a mi costa, y en
cuestión de segundo estoy en el agua.
¡Dios! Qué vergüenza, todo el
mundo me está mirando y empiezan a reírse a mi costa, incluido David. Con un humor
de perro salgo de la piscina y me encamino a la salida, buscando por el camino
a mi amigo, pero no aparece. No quiero dejarlo aquí tirado pero tampoco quiero
estar ni un segundo más en esta casa. Cojo mi bolso en la entrada y salgo lo más
rápido que puedo.
Noto que alguien me sigue
pensando que es mi amigo me vuelvo y le digo:
-Ángel me voy a casa no quiero
estar aquí
Mi cara es un cuadro cuando veo
que el que me sigue no es Ángel sino David. Qué vergüenza. No dejo de hacer el
payaso delante de él ni un solo segundo, me vuelvo a dar la vuelta y empiezo a
andar. Lo oigo reírse y acercarse.
-Mara, ¿estás bien?
-Mm... Si gracias, sólo me voy a
casa.
-No te enfades mujer, ya sabes la
gente cuando bebe se comporta como burros. No se lo tengas en cuenta.
Asiento y vuelvo a darme la
vuelta y sigo mi camino. Sigue siguiéndome hasta que me alcanza.
-Mara es pronto para volver a
casa. Tengo una idea, ¿me permitirías enseñarte
un lugar fabuloso?
Me quedo mirándole atónita, mi
cuerpo se queda paralizado quiero decirle que sí, pero estoy empapada. El sigue
mirándome esperando una respuesta, y después de mirar varias veces hacia la
casa esperando ver a mi amigo salir de ella y salvarme de esta situación no
tengo más remeció que acceder. Sé que si digo que no va a continuar siguiéndome
y la verdad es que me apetece hacer una pequeña locura.
Me guía de nuevo hasta la casa
donde coge dos cascos, después me guía hasta su moto se sube y me tiende el
casco, yo me quedo parada y él me mira mientras espera a que me mueva.
-Estoy mojada, no sé si...
-Sube anda, no seas tonta. -me
sonríe y hago lo que me dice.
Me lleva hasta un parador desde
donde se puede ver el lago y el pueblo entero, y seguro que de día se verá
mucho más y mejor. Me encanta, es un lugar maravilloso. No hay nadie, esta todo
tranquilo y en silencio. Lo único que se oye son nuestros pasos y nuestras
respiraciones. Por el rabillo del ojo veo que se quita la chaqueta que lleva, y
sin pensárselo dos veces me quita mi rebeca de encima y me pone la suya. No
puedo evitar sonreír como una bobalicona y agradecérselo. Me guía hasta una explanada
donde nos sentamos callados a admirar el paisaje.
Después de un largo rato decido
romper el silencio.
-Gracias por traerme aquí, es
maravilloso.
-De nada, aquí me trae mi hermano
mayor cuando alguno de los dos está preocupado o estresado, es como nuestro
lugar secreto, y ahora también el tuyo. Espero que no se lo digas a nadie.
-Prometido
Ambos sonreírnos y seguimos
admirando el paisaje. Veo que vuelve a encender el teléfono y resopla.
- ¿Va todo bien?
-No la verdad es que no.
- ¿Muchas llamadas perdidas? - asiente
- ¿Importante?
-No, es Carlota. Mi novia, o eso
creo.
Que bajón. Estaba claro que un chico
tan guapo difícilmente iba a estar soltero, ¿pero porque es tan bueno conmigo?
No, Mara no. Tú no eres así levántate y lárgate como puedas. Que se las apañe
el con sus líos y sus novias y sus cosas extrañas. Viendo mis intenciones me
detiene y empieza a explicarse...
Pues mira tu por donde me has dejado con ganas de más :)
ResponderEliminarEspero el siguiente a ver que tal
Besooos!!^^
Bueno esa era un poquito la idea jejejeje Muchas gracias por comentar!
EliminarUn beso
Hola :D Me encanta tu historia, espero impaciente el siguiente capítulo.
ResponderEliminarP.D.: Te he afiliado en mi blog en la sección de "Sueños vigilados"
Ivet
http://lasvigilantesdesuenos.blogspot.com.es/
Hola!! Pues muchas gracias por el comentario y espero que te siga gustando la historia mas adelante :)
EliminarSi ya lo vi y yo también te afilie lo puedes ver en la sección.
Muchos Besos