12/9/13

Una aventura inesperada


Me desperté más cansada de lo que nunca lo había hecho, sentía como si hubiera estado toda la noche trabajando en una obra, necesitaba una ducha. Una vez delante del espejo, miro mi reflejo, ¡Dios, parece que estoy muerta! Está claro que pasarse toda la noche en vela llorando no es el mejor tratamiento para un cutis divino. Rehuyendo la mirada de la chica del espejo me lavo los dientes, me peino y hecho ganas a bajar a desayunar y encontrarme con mi padre.
- ¿Has dormido bien? Tienes mala cara ratoncita.
-Si papa solo me quedé leyendo hasta tarde.
-Bueno, ¿Hoy no empezabas tu nuevo trabajo?
¡Ah, sí! Nos os lo había contado, cansada de estar tantas horas sola en casa y teniendo en cuenta que mis notas son bastantes buenas, tuve la brillante idea de pedirle al señor Rodríguez que me diera un pequeño empleo en su tienda de ropa. No es gran cosa, solo trabajaré un par de horas por la tarde, pero así podré ir ahorrando para abandonar este pueblo y poder hacer mi vida fuera de aquí  con mi gran amigo Ángel.
-No, empiezo el lunes. Hoy el señor Rodríguez se iba a tomar el día libre para ir con sus hijos todo el fin de semana de pesca.
 - ¿Y te quedaras todo el día en casa?- pregunta insistente, no está acostumbrado a pasar tantas horas conmigo e incluso a veces se le nota incomodo, eso me duele. Aunque en el fondo sepa que me quiere, pero su forma de demostrarlo no es la mejor para una niña que ha crecido sin madre.
-Sí, pero pensaba hacer limpieza en el trastero, creo que hace mucho que nadie entra allí y seguro que hay cosas que podemos donar, ya sabes la situación no está muy haya y pronto será  invierno, seguro que hay gente que agradecería un par de mantas viejas.
Y en ese instante pude ver como la mirada d mi padre cambiaba, y podía ver el orgullo y la alegría que esa idea le producía, incluso puedo ver un amago de sonrisa.
-Me parece estupendo, si necesitas ayuda me avisas ¿de acuerdo? Estaré en el estudio.
Y sin decir nada más se encierra en su cueva, y de ahí no saldrá hasta la hora de comer. Me tomo mi tiempo para desayunar, hasta que mi padre decida salir del estudio tengo una eternidad para la misión que me propuse.

Esto va a ser más difícil de lo que pensaba. El trastero está lleno de cajas a montones y bolsas de basura que me apresuro a pensar que está llena de ropa antigua, tengo mucho trabajo por delante y no puedo desperdiciar ni un minuto. ¿Dónde estarán las cajas de los álbumes?
Un buen rato después, lo que para mí fue una eternidad, logro encontrar la caja que buscaba. Solo quiero verla, es una necesidad, sé que eso al menos me dará una idea que me ayude a poder recordar, será más de lo que tengo ahora por lo menos. Y por lo que sé mis padres viajaron mucho antes de tenerme así que tienen que tener centenares de fotografías por algún lado, solo espero que mi padre no las haya roto, ni escondido. Pero dado que la caja de los álbumes era la última de la última fila me da que pensar que esconde algo que yo no quería que encontrase.
Pasando páginas y páginas de fotografías donde solo salgo yo con mi padre o con mi tía, me entra el temor de que si pueda ser que mi padre se deshiciese de todas las fotografías, pero justo en ese momento paso a la siguiente página y ahí está ella. Es guapísima, está junto a mi tía María, ambas sonriendo a la cámara haciendo una mueca, y mi madre tiene una mano en la barriga. Leo la inscripción “Junio del 94, Excursión a la Sierra”. No puedo contener las lágrimas, estaba feliz estando embarazada de mí, ¿Qué pudo torcerse entonces para que esa felicidad se truncara?  
En la siguiente página encuentro una fotografía de mis padres, ambos  miran fijamente a la cámara sonrientes,  mi padre está detrás de mi madre abrazándola, el está mirándola a ella, una mirada que demuestra todo lo que sentía en aquel momento. La quería tanto que estoy segura de que todavía lo hace, quizás por eso le duele tanto hablar del ella. Página tras página hay más fotos de ellos, y en todas aparecen felices.
Cuando cierro el álbum algo sale disparado hacia fuera y cae a mis pies. Es otra fotografía, mis padres juntos sentados, mi padre rodea los hombros de mi madre, y ella me tiene a mí en brazos, ambos miran embelesados al pequeño bebé que esta tranquilamente dormido.  Es la primera fotografía que veo de mi madre en la que también salga yo, aunque fuera tan pequeña, ¿Dónde están las demás? Mi madre se fue unos años después de tomar esa fotografía, no puede ser que solo se hiciera esa conmigo.
Nada, sigo buscando álbum tras álbum y no aparecen más fotografías de mi madre. Decido dar por terminada la búsqueda por hoy, recojo todo dejándolo en su lugar para que mi padre no sospeche nada, y cojo un pequeño montón de ropa que había apartado previamente, no podía subir a casa con las manos vacías. Antes de salir de allí decido quedarme la fotografía y la escondo en mi bolsillo. Será mi pequeño secreto, el recuerdo de mi madre.

“Claro q pueds vnr, ya sabs q mi casa es tu casa.tk”
-Papa, al final si voy a salir un rato, voy a ir a casa de Ángel, ¿te importa?
-Para nada ratoncita, me alegro de que salgas a que te dé un poco el aire.
Lo veo que mira la pequeña montaña de ropa que he conseguido rescatar del trastero.
-No había mucho más, es lo poco que podido salvar, supongo que algo es algo._ Interrumpo sus pensamientos.
-Mmm... ¿Sabes qué? ¿Por qué no vas una tarde al pueblo de al lado, y compras un par de mantas de las que abrigan bien? Me da vergüenza que lleves solo eso.
-Claro papa como quieras, nos vemos luego.
Camino sin prisa hacia casa de los abuelos de Ángel, necesito contarle a alguien mi hallazgo, y necesito un abrazo. Cuando llego Ángel ya está esperándome en el porche, sin decir nada le entrego la fotografía, la mira y luego me mira a mí y me abre los brazos, no puedo evitar echarme a llorar mientras él me acuna. Me duele tener que esconder tanto mis sentimientos con mi padre, pero por otra parte me alegra tener un amigo tan fiel con quien poder desahogarme.
Después de un largo rato y una vez más clamada, le cuento todo lo que había hecho esta mañana y como la encontré.
- ¿Y tu padre no sabe nada?
- ¿Debería?
-Bueno no sé, sé que lo has intentado muchas veces pero quizás ahora sea diferente.
-No digas tonterías Ángel. ¿Por qué iba a ser diferente esta vez?
-Pues.... porque tienes esa foto que en parte demuestra que ambos te querían, y que algo tuvo que pasar para que tu madre se fuera. Cuando una madre abandona a sus hijos porque se agobia normalmente suele ser en los primeros años ¿no? Prueba otra vez Mara y si no da resultado me llamas y voy enseguida.

Una vez en casa mi ánimo decae en tan solo unos segundos, quiero hacer lo que Ángel me ha dicho, necesito saberlo pero me da miedo. Cada vez que le he preguntado a mi padre por ella siempre ha acabado en discusión y como consecuencia de ello hemos estado días sin hablarnos. Cuando entro para mi sorpresa lo encuentro en la cocina, intentando preparar la cena.
- ¿Ya estás en casa?-Asiento con la cabeza.- ¿Qué tal con Antonio?
-Papa se llama Ángel, y bien quiere que vayamos a una fiesta el viernes que viene.-Miento
- ¿Vais a ir?-no puedo apartar la mirada de sus manos, está intentando hacer una ensalada y ha cogido el cuchillo más grande que hay en toda la cocina para cortar unos simples tomates.
-No creo. Deja que te ayude, no quiero que tengas un accidente cortando verduras.
Me quito la chaqueta y el dejo sobre la mesa de la cocina, y en ese momento la fotografía cae al suelo. Mi padre se acacha a recogerla y su cara cambia por completo de color.
- ¿Qué es esto Mara?-Vale, está enfadado, muy enfadado.
-Una foto, me la encontré esta mañana limpiando.
-¿Te la encontraste o la buscaste?
-Tengo derecho a saber cómo era papa.
-Ella no es nadie en tu vida, te abandonó.
-Es mi madre
-Tu madre murió en el mismo momento en el que se fue de casa y te dejo allí.
- ¡No! A lo mejor al que abandonó fue a ti, y a mí simplemente no me podía llevar con ella.
La mirada de mi padre en ese momento me hace retroceder, sin decir nada más deja todo lo que estaba haciendo, deja la fotografía en la encimera y se encierra de nuevo en su estudio. ¡Mierda! ¿Por qué he dicho eso? Esto es peor que cualquier otra discusión que hayamos tenido nunca. Se me corta totalmente el apetitito recojo mis cosas incluyendo la fotografía y me voy a mi cuarto. Y llamo a Ángel para contarle todo lo que ha pasado.
Cinco minutos después del colgar, está en la puerta de mi casa con una bolsa en la mano.
-¿Qué haces aquí?
-Pues como eres una mentirosa de pacotilla y no me he creído nada ese “Tranquilo, estoy bien” me vengo a dormir a tu casa.

La semana pasó muy lenta. Iba de casa al colegio, por las tardes al trabajo, y otra vez de vuelta a casa. Mi padre y yo no hemos hablado en toda la semana, ni si quiera me dejaba el desayuno preparado. Menos mal que por fin es viernes y podré quedarme en casa todo el fin de semana. Pero está esa dichosa fiesta a la que Ángel tiene tantísimas ganas de ir. Me da pena decirle siempre que no, el hace tantas cosas por mí, ¿Por qué yo no puedo hacer eso por él?
Cuando llego a casa, el coche de mi padre está aparcado en el garaje, cosa muy extraña ya que él nunca come en casa. Nada más entrar lo primero que me llega es el olor a pollo asado, y veo la mesa del comedor puesta.
-Menos mal, ya estás en casa. Empezaba a preocuparme, ¿siempre llegas tan tarde del colegio?
-Emm... sí. ¿Qué pasa?-
Parece avergonzado, mira para todos los sitios menos hacia donde estoy yo.
-Mara, quería disculparme y no sabía cómo hacerlo. Sé que es normal que quieras saber cosas de tu madre y yo no he sabido llevar ese tema, pero es que no quiero verte mal. Y cada vez que hablas de ella tu cara cambia, se te ve más triste. Sólo quiero que seas feliz, tu madre tomó esa decisión hace muchos años y nos tocó adaptarnos.
-Papa, no fue culpa tuya, siento lo que dije. No lo pensaba realmente.
-No lo sientas Mara, quizás si lo fue.
- ¿Por qué?
-Tu madre se fue sin decir nada y llevábamos un tiempo mal, quizás yo fui el culpable de todo...
No pude resistirlo más, corro a abrazarlo. Yo pensaba que no hablaba de mi madre por que la echaba de menos. Pero, ¿puede ser porque se sienta culpable?
-Papa, yo no la necesito. –Miento-Ella nos abandonó, y tú me cuidaste. Yo sólo tengo un padre. Pero hay cosas que necesitaba saberlas, como por ejemplo, como era ella.
-Lo entiendo cariño. –Cambiando totalmente el gesto de su cara, me mira.-Anda vamos a comer antes de que se enfriará.
Sé que mi padre todos estos años ha forjado a su alrededor una coraza para no mostrar sus verdaderos sentimientos, cuando hablamos de mi madre puedo ver en sus ojos como esa coraza se debilita.
Comemos  juntos en la mesa del comedor, hacia tantos años que esto no sucedía que no puedo evitar estar sonriendo durante toda la comida. Una vez acabada, y la mesa recogida mi padre se encierra en su estudio y yo me voy a mi cuarto. Cuando miro el móvil tengo varias llamadas perdidas de Ángel. Sé lo que quiere, y después de un largo rato pensándolo me meto en la ducha.

- ¡WHAO! ¿Qué haces así vestida?
No puedo evitar sonreír. Voy con un vestido azul marino de vuelo pero ajustado en el pecho, el pelo rizado y tacones a juego, la cara de mi amigo lo dice todo. Sé que a Ángel le hace mucha ilusión ir a esa fiesta y después de todo lo que ha hecho por mí esta última semana, he decidido que se merecía que me tragase mi cabezonería y asistir a esa fiesta por él.
- ¿A qué esperas para mover el culo y arreglarte? ¿Desde cuándo se le hace esperar a una damisela?

Cuando llegamos a la fiesta, la gente está concentrada en el jardín. Antes de entrar Ángel me mira y se asegura de que quiero hacerlo. Así que sin pensármelo dos veces cruzo delante de él hasta la puerta del jardín. Nada más entrar Clara nos recibe con una sonrisa tan falsa como las de las barbies, y nos aventura a que nos sintamos como en nuestra propia casa y nos divirtamos.
El jardín es enorme, en el centro hay una gran piscina iluminada y recubierta de globos de colores. A cada lateral de esta hay dos mesas con distintos tipos de aperitivos, y al fondo la mesa del DJ, y las bebidas.
Para mi gusto hay demasiada gente. Esta todo mi curso, pero también sé que hay gente que no son de este pueblo, y por supuesto gente mucho más mayor que nosotros.
Cuando ha pasado aproximadamente dos horas desde que llegamos, mi amigo ya ha desaparecido, y yo estoy sentada en una de las hamacas que hay cerca del borde de la piscina. Viendo como la gente se divierte, hablan y bailan. No consigo integrarme, no son el tipo de gente con la que me guste estar, ni si quiera sabría de qué hablar con ellos.
Sin darme cuanta un muchacho se sienta a mi vera, lo miro y lo único que hace es sonreír como un tonto. No puedo evitar pensar que es el típico amigo de Clara que ha bebido demasiado y no se puede tener en pie, y sin pensárselo dos veces se ha sentado donde ha podido dando la casualidad de que ese sitio era al lado mía.
Un largo rato después veo por el rabillo del ojo que no deja el móvil tranquilo, parece enfadado, como si discutiera con alguien. Su móvil empieza a sonar y cuelga, y vuelve a sonar y el vuelve a colgar. Sin pensármelo dos veces le digo:
-Para estar toda la noche colgándole al pesado o pesada que te esté llamando mejor apaga el teléfono.
En ese momento me quedo mirándole, es la primera vez desde que se sentó que me fijo en él. ¡Dios! Es guapísimo. Es moreno de piel, con los ojos y el pelo claro. En fin, guapísimo. Avergonzada después de mi espontanea intervención, no puedo evitar sonrojarme y agachar la cabeza, repitiéndome una y otra vez lo estúpida que había sido por hacer eso. Veo por el rabillo del ojo que me hace caso y apaga el teléfono. Y se acerca más a mí.
-Hola, me llamo David.
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! Que guapo es, y lo tengo muy cerquita. Él sonríe
- ¿Tienes nombre?- insiste
-Sí, claro que sí. Me llamo Mara. - vuelve a sonreír, y esta vez yo me contagio.
-Por fin. Desde que me he sentado aquí no te había visto sonreír- acercándose más me susurra.- Y deberías hacerlo más, tienes una sonrisa preciosa.
-Gracias
-Gracias a ti por tu maravilloso consejo. - me enseña su teléfono perfectamente apagado, quien lo estuviera llamando estará muy cabreado.
- ¿Tus padres?- ríe
-No
Ante su respuesta tan tajante, dejo de preguntar y vuelvo a mirar al frente, dado por terminada nuestra conversación. Pasado un buen rato, lo pillo mirándome sonriendo.
-¿Qué ocurre?
- ¿No eres mucho de ir a fiestas no?
-No, no me van mucho y menos la gente que asiste a ellas. -Veo que hace una mueca melodramática fingiendo sentirse ofendido, que me hace reír. -Tampoco tú pareces muy divertido.
-La verdad estoy aquí por culpa de un amigo, él me ha arrastrado. Yo hubiera preferido quedarme en casa tranquilo.
-Ya somos dos.
- ¿Por qué no vamos dentro? Aquí fuera hay demasiada gente y me está empezando a doler la cabeza.
Se levanta y me tiende la mano. No sé qué hacer, es un chico que acabo de conocer. Nunca he estado con otro chico tan cerca a parte de Ángel. Él ve mi indecisión en los ojos y me anima. Cuando de repente siento como la hamaca se levanta en el aire. Unos graciosillos de turno se han propuesto hacer la gracia a mi costa, y en cuestión de segundo estoy en el agua.
¡Dios! Qué vergüenza, todo el mundo me está mirando y empiezan a reírse a mi costa, incluido David. Con un humor de perro salgo de la piscina y me encamino a la salida, buscando por el camino a mi amigo, pero no aparece. No quiero dejarlo aquí tirado pero tampoco quiero estar ni un segundo más en esta casa. Cojo mi bolso en la entrada y salgo lo más rápido que puedo.
Noto que alguien me sigue pensando que es mi amigo me vuelvo y le digo:
-Ángel me voy a casa no quiero estar aquí
Mi cara es un cuadro cuando veo que el que me sigue no es Ángel sino David. Qué vergüenza. No dejo de hacer el payaso delante de él ni un solo segundo, me vuelvo a dar la vuelta y empiezo a andar. Lo oigo reírse y acercarse.
-Mara, ¿estás bien?
-Mm... Si gracias, sólo me voy a casa.
-No te enfades mujer, ya sabes la gente cuando bebe se comporta como burros. No se lo tengas en cuenta.
Asiento y vuelvo a darme la vuelta y sigo mi camino. Sigue siguiéndome hasta que me alcanza.
-Mara es pronto para volver a casa. Tengo una idea,  ¿me permitirías enseñarte un lugar fabuloso?
Me quedo mirándole atónita, mi cuerpo se queda paralizado quiero decirle que sí, pero estoy empapada. El sigue mirándome esperando una respuesta, y después de mirar varias veces hacia la casa esperando ver a mi amigo salir de ella y salvarme de esta situación no tengo más remeció que acceder. Sé que si digo que no va a continuar siguiéndome y la verdad es que me apetece hacer una pequeña locura.
Me guía de nuevo hasta la casa donde coge dos cascos, después me guía hasta su moto se sube y me tiende el casco, yo me quedo parada y él me mira mientras espera a que me mueva.
-Estoy mojada, no sé si...
-Sube anda, no seas tonta. -me sonríe y hago lo que me dice.

Me lleva hasta un parador desde donde se puede ver el lago y el pueblo entero, y seguro que de día se verá mucho más y mejor. Me encanta, es un lugar maravilloso. No hay nadie, esta todo tranquilo y en silencio. Lo único que se oye son nuestros pasos y nuestras respiraciones. Por el rabillo del ojo veo que se quita la chaqueta que lleva, y sin pensárselo dos veces me quita mi rebeca de encima y me pone la suya. No puedo evitar sonreír como una bobalicona y agradecérselo. Me guía hasta una explanada donde nos sentamos callados a admirar el paisaje.
Después de un largo rato decido romper el silencio.
-Gracias por traerme aquí, es maravilloso.
-De nada, aquí me trae mi hermano mayor cuando alguno de los dos está preocupado o estresado, es como nuestro lugar secreto, y ahora también el tuyo. Espero que no se lo digas a nadie.
-Prometido
Ambos sonreírnos y seguimos admirando el paisaje. Veo que vuelve a encender el teléfono y resopla.
- ¿Va todo bien?
-No la verdad es que no.
- ¿Muchas llamadas perdidas? - asiente - ¿Importante?
-No, es Carlota. Mi novia, o eso creo.
Que bajón. Estaba claro que un chico tan guapo difícilmente iba a estar soltero, ¿pero porque es tan bueno conmigo? No, Mara no. Tú no eres así levántate y lárgate como puedas. Que se las apañe el con sus líos y sus novias y sus cosas extrañas. Viendo mis intenciones me detiene y empieza a explicarse...

4 comentarios:

  1. Pues mira tu por donde me has dejado con ganas de más :)
    Espero el siguiente a ver que tal
    Besooos!!^^

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    1. Bueno esa era un poquito la idea jejejeje Muchas gracias por comentar!
      Un beso

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  2. Hola :D Me encanta tu historia, espero impaciente el siguiente capítulo.
    P.D.: Te he afiliado en mi blog en la sección de "Sueños vigilados"

    Ivet
    http://lasvigilantesdesuenos.blogspot.com.es/

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    1. Hola!! Pues muchas gracias por el comentario y espero que te siga gustando la historia mas adelante :)
      Si ya lo vi y yo también te afilie lo puedes ver en la sección.
      Muchos Besos

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